Finisterre Bar

Los orígenes de Finisterre Bar se pierden en la oscuridad, y es que por su  singularidad geográfica en Rodó y Gaboto, en Montevideo, llama la atención de todo tipo de personas.

Si buscas probar todo tipo de cervezas del país e internacionales, entonces has elegido el local adecuado porque tienen una carta muy extensa de cervezas de todo tipo.

En cuanto a la comida es excepcional. Las empanadas de queso y cebolla son las preferidas de mucha gente. 

Finisterre Bar suele ser el local de parada de camino del trabajo a casa, para desconectar de las preocupaciones diarias. Además, si quieres montar tu fiesta de cumpleaños o algún evento especial, este local es ideal para grupos. Se aceptan reservas aunque no se requieren.

Finisterre es un bar que funciona en la actualidad como punto de encuentro y recreación. Abre a partir de las 18,00 horas y busca ser una opción para las personas que buscan encontrarse más temprano. Es por eso que, a parte de la carta de cervezas y los tragos, también hay un servicio de cafetería con diferentes opciones para merendar, como brownies, muffins o sandwiches calientes.

Por la noche es cuando mayor movimiento hay, porque Finisterre es el lugar de encuentro de diferentes generaciones que eligen este bar para charlas y compartir, para ver encuentros deportivos, para leer, escribir, etc.

Es un bar construido por amigos que han buscado un espacio que atrape a los clientes, donde las cosas son como a ellos mismos les gustaría que fueran.

Finisterre ha buscado la forma de adaptar los horarios y sus formas de funcionamiento a las normas generales de convivencia vecinal. Es por eso que sus vecinos tienen en tan alta estima a este bar. De esta manera se ha creado un buen ambiente, de puertas abiertas y de circulación libre, con horarios que respetan los tiempos de quienes no quieren ser parte del mismo.

Pero aquí no queda la cosa, porque los dueños de Finisterre quieren implementar acciones culturales que permitan aprovechar aun más los horarios diurnos, para lo cual piensan ampliar su capacidad gastronómica, además de generar actividades concretas, como recitales, para convocar a la gente.